Xuntanza
Xuntanza
Un tinto que invita a reconectar
El propio nombre de este tinto ya nos da una buena pista de cuál es su mayor don: la maravilla que se produce con las sinergias, con la suma de las diferentes partes y las xuntanzas afectivas que revitalizan el alma.
Partiendo de este contexto, conviene adquirir este vino con esencia de caíño tinto y mencía de dos añadas distintas, porque su sabor tan genuino entusiasma a quien lo bebe. En efecto, con cada sorbo se eleva el ánimo de disfrutar del momento presente, bendecir todo cuanto hay a nuestro alcance y el lugar que ocupamos en nuestro pequeño ecosistema doméstico o social.
Sin duda, el vino Xuntanza, de Adega Pedro Méndez, se presenta como el alma mater de todo evento social. Un vino 100% gallego que recuerda a los vinos atlánticos de antaño, que se disfrutaban en los furanchos del Valle del Salnés.
Un tinto, en suma, que cabe recuperar por lo mucho que nos ayudaba a conjurar esa sensación agobiante del tempus fugit que impone la vida moderna.
ADEGA PEDRO MÉNDEZ
Esta bodega emerge en el año 2015 en la subzona del Salnés, territorio de gran herencia vitivinícola al ser el corazón de las Rías Baixas. Liderada por el joven viñador Pedro Méndez, sus vinos reflejan las maravillosas bondades del paisaje y el potencial de las viñas de este territorio atlántico bendecido por la divinidad de Dioniso.
Sin embargo, lo más meritorio del proyecto bodeguero de Pedro Méndez es su compromiso con la recuperación de antiguas varietales autóctonas de la región y la libertad que les da a sus propios vinos para que expresen toda su fuerza.
De ahí que todos sus vinos irradien frescura y contundencia, sin perder un ápice de naturalidad e innegable sabor atlántico; el ansiado equilibrio que solo se consigue cuando se elaboran vinos de un modo artesanal y sustentable.
Sin duda, el gran mérito de la portentosa y sorprendente calidad de sus vinos reside en la escasa intervención humana tanto en el cultivo de los viñedos cuanto en la elaboración en bodega. Actualmente trabaja con las variedades albariño, espadeiro, mencía, caiño tinto y garnacha tintorera, elaborando al margen de la DO Rías Baixas. Ello se traduce en unos vinos deliciosos y excepcionales, unas joyas enológicas de marcado carácter personal.
Asimismo, otro motivo por el cual los vinos de Adega Pedro Méndez resultan un tesoro es su gran capacidad de guarda.
Vinos, por tanto, tan exquisitos como insólitos; tan espontáneos como perdurables en el tiempo, cuya condición de edición limitada demuestra que a esta pequeña bodega gallega la mueve más la calidad que la cantidad.
VINIFICACIÓN
Las uvas que componen este vino Xuntanza provienen de varias parcelas pequeñas, con suelos de granito, que Pedro Méndez cultiva en el Valle del Salnés.
Tras seleccionar a mano los racimos durante la recolección, el vino es pisoteado para evitar el verdor. Realiza una fermentación espontánea y un envejecimiento de 10 meses en barricas de roble francés. Posteriormente, el envejeciendo prosigue en depósito de inox: durante 2 meses más en el caso de mencía y 4 meses más para la variedad del caiño tinto. Pasado ese período, ambas variedades se entremezclan para dar como resultado un tinto redondo con elevada perdurabilidad en el tiempo.
CATA
A la vista: atrae por su intenso color cereza.
En nariz: expande un envolvente aroma a frutos rojos maduros y a flores.
En boca: se expresa como un tinto fresco y afilado a la par que redondo y untuoso, con un interesante punto balsámico y especiado, donde se percibe la magistral integración de los taninos.
MARIDAJE
Este tinto no puede faltar en tu mesa precisamente por su gran versatilidad de maridaje. Y es que resulta apto para realzar una sesión de aperitivos compuesta por embutidos de porco celta o quesos gallegos suaves o semicurados. También va de maravilla con pescados azules, ensaladas templadas, pasta e incluso con elaboraciones más contundentes a base de carnes rojas.
La temperatura idónea para disfrutar de este vino en todo su esplendor es entre los 14º C y los 16º C.
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