04 / 04 / 2024

Vanagandr Gin: una ginebra gallega excepcional camino de volverse mítica

Para los amantes de las bebidas espirituosas y los cócteles que inspiran vida, existe una ginebra clásica, artesana y 100% gallega que arrasa allá donde va. Pues es tan amada por los consumidores como valorada por los catadores profesionales. Por sus insuperables estándares organolépticos y su capacidad para materializar el sabor de Galicia en forma de destilado, Vanagandr Gin Premium merece un lugar en tu casa y en la copa de tus seres queridos. En este artículo te contamos por qué.

Vanagandr Gin: la primera ginebra Premium feita en Galicia

Una de las mayores sorpresas del panorama reciente de los productos gallegos gourmet, sin duda, ha sido la aparición de la ginebra Vanagandr. A la sazón, una de las bebidas destiladas más laureadas de los últimos años, que rompe moldes allá donde se presenta.

Si bien Galicia por tradición siempre ha sido un campo fértil para la elaboración de vinos, aguardientes y licores;  Vanagandr Gin Premium demuestra que esta excepcional pasión de marcado carácter atlántico y artesanal también se puede condensar en forma de ginebra. Al fin y al cabo, Galicia no deja de ser una nación celta y, como tal, posee una sabiduría connatural para la elaboración de destilados

Ciertamente, nos encanta esta ginebra gallega, elaborada siguiendo el método de London Dry, por su frescura, su crisol de matices y su textura. Una bebida seca capaz de despertar al lobo de fortaleza sobrenatural (ese Vanagandr) que llevamos dentro; al tiempo que nos invita a destilar ese entusiasmo por la vida que suele experimentarse cuando se reúnen seres queridos y copas llenas de chispas.

Tal vez el secreto de su éxito arrollador se debe al uso de los mejores alcoholes 100% de grano de trigo, una selección insuperable de numerosos botánicos (donde el enebro cobra un protagonismo especial) y la pureza del agua gallega.

O quizás su poder de conquista reside en la maestría artesanal con la que es elaborada: emulando la exigente y sosegada tradición de los destilados de Galicia.

O posiblemente porque el padre de esta ginebra gallega, Enrique Pena, se alza como el heredero estelar de los antiguos alquimistas; pues tiene el poder de transmutar una masa de granos en un brebaje espectacular que dignifica cualquier cóctel, por muy mundano que éste sea. 

Coctel con ginebra Vanagandr

El secreto del éxito imparable de Vanagandr Gin 

La calidad suprema de Vanagandr Gin está atestiguada por casi una treintena de galardones y medallas desde su aparición, en 2015. Lo que no está nada mal para una ginebra hecha en la pequeña localidad de Cambre (A Coruña) y elaborada de forma artesanal por una modesta destilería familiar, ¿verdad?

No vamos a enumerar su retahíla de premios, porque es fácil perder la cuenta; sólo diremos que este 2024 fue premiada por tercer año consecutivo en el World Gin Awards con el oro a la mejor London Dry de España —¡qué no es poco! Y aún quedan muchas convocatorias internacionales para seguir acrecentando su palmarés. Y es que si por algo se caracterizaba el lobo Vanagandr de la leyenda nórdica era por su fiereza y voracidad, al igual que esta ginebra gallega Premium, que arrasa allá donde va.

Pero si, como ciudadano de a pie, a ti los premios especializados no te dicen demasiado, entonces échale un ojo a las reseña que acumula la Destilería Vanagandr en Google… ¡Nunca baja de las 5 estrellas!

¿Qué puedes esperar de esta ginebra gallega brillante de la cual solo se elaboran alrededor de 7.000 botellas al año? ¿Por qué conquista todas las gargantas que la beben?

Básicamente, porque nos deslumbra con su presencia prístina, acerada, con destellos plateados. Lo cual la convierten en un elixir más digno del Olimpo divino que de una mesa rodeada de mortales. Por no mencionar su imponente y colorida etiqueta, realizada por el ilustrador gallego David Pintor, que es capaz de hacernos imaginar la temida leyenda de Vanagandr con un solo golpe de vista. 

Pero hay más motivos. Según se destapa la botella, rezuma en el ambiente toda la complejidad y frescura de sus ingredientes. Así, al verterla en la copa se desata —cual lobo de la leyenda de Ragnarök— un sinfín de aromas persistentes que se suceden unos tras otros. Desde recuerdos cítricos hasta notas florales (como azahar o lirio) y, por supuestos, toques especiados de toda índole (canela, regaliz, nuez moscada).

Y finalmente toca hablar del recuerdo que deja en boca. Un torrente de frescura que compite con la vibración chispeante que provoca su alcohol destilado. De entrada agradable, pronto se hace sentir su pureza y su vibración en la lengua. Aparecen entonces esos matices aromáticos intensos aludidos anteriormente (cítricos, especiados y flores), que se materializan en un líquido contundente y cautivador; que tarda en desvanecerse y que invita a saborear un siguiente trago. 

El modo de elaboración de la ginebra Vanagandr

Hay mucha historia (propia y colectiva) en esta ginebra gallega de alta calidad, elaborada con cariño, paciencia, dedicación, responsabilidad y toneladas de conocimiento ancestral e internacional.

En efecto, elaborar una ginebra tan original como Vanagandr requiere un arduo trabajo artesanal diario, basado en un proceso de producción lento y pausado. Lo que incluye una esmerada selección de los insumos que se utilizarán: granos de trigo, de donde procederá el alcohol (etanol de origen vegetal); botánicos cosmopolitas (enebro, raíz de angélica, cassia, raíz de orris, semilla de cilantro, piel de naranja dulce, piel de limón, cardamomo, nuez moscada, regaliz, canela de Ceylán, etc.) y agua de origen gallego. Y es que el tipo de agua y de granos empleados son determinantes para conseguir el sabor, el color y la textura deseados en un destilado.

El siguiente paso es la maceración de todos los botánicos en su proporción correcta, en su tiempo justo. Le sigue la fase del propio proceso de destilación, que dura unas 12 horas, con todos los botánicos en el alambique. En su caso, Enrique Pena emplea un alambique de cobre tradicional fabricado a mano. Como bebida destilada que utiliza el método de London Dry, la destilación consiste en un calentamiento muy sosegado, siguiendo un proceso One-Shot tradicional. El resultado final de este proceso no admite ningún tipo de añadido posterior.

Concluida la destilación, pasa a testarse el producto obtenido y, si el resultado es el deseado, se deja en reposo. Poco después comienza la fase de hidratación con el agua gallega y puesto a 43º Vol, reposando nuevamente antes de ser embotellado para que todo se acople a la perfección.

En este sentido, puede decirse que la destilería Vanagandr sigue la estela de la destilación tradicional gallega, cuyos orígenes se remontan al Medievo. Lo que, sin duda, le aporta un plus de sutileza y frescura a sus destilados. 

Gin tonic con Vanagandr gin

El origen de la destilación tradicional en Galicia

Por cierto, ¿conoces la historia de la tradición de destilación en Galicia? ¡Tiene su punto fascinante!

Siendo perfeccionada a nivel técnico e instrumental por la cultura árabe en la Alta Edad Media, la práctica de la destilación llega al noroeste de la península Ibérica coincidiendo con el apogeo del Camino de Santiago y sus diferentes rutas jacobeas. Pues, junto con peregrinos llegados de toda Europa, también arribaban a Galicia mercaderes, artesanos y alquimistas con sus mochilas llenas de saberes de toda índole.

En concreto, se cree que los misterios alquímicos de la destilación podían haber hecho nido en Galicia con la presencia de los peregrinos y viajantes del Camino de Invierno. Coincidiendo con el hecho de que, para la Baja Edad Media, uno de los secretos mejor guardados por los alquimistas se convirtió en vox populi. Así, el alcohol destilado comenzó a mostrar un doble uso: ya no sólo servía como medicina (por sus efectos depresores, antisépticos y analgésicos), sino también como bebida social (vinos y licores).

Del siglo XVI data el primer escrito sobre la comercialización de un destilado gallego (un licor) y a partir de los siguientes siglos la cultura de la destilación en Galicia estaría más que documentada.

En todo caso, el éxito de las bebidas espirituosas gallegas, como bien lo saben en Vanagandr, radica en los instrumentos utilizados (alambiques y alquitaras de cobre), la gran calidad de su materia prima y la experticia de los destiladores.

Y, si además, la elaboración es artesanal de principio a fin —esta empresa hasta embotella y etiqueta cada botella de forma manual, pasando un riguroso control de calidad—, el resultado no puede ser más genuino. 

Ginebra Vanagandr: un producto gallego gourmet del norte de A Coruña 

Dicen que para romper estadísticas y ser la excepción, debes ser excepcional. Y es obvio que Enrique Pena, maestro destilador de Vánagandr Gin, representa a la perfección esta máxima. Así lo expresa él mismo en una de sus entrevistas más recientes: «Nuestra única motivación es la búsqueda constante de la excelencia en nuestros productos. Nos esforzamos por lograr la perfección en cada destilación, y este enfoque nos ha permitido mantenernos en la cima de la industria de la destilación de ginebra».

No obstante, y sin infravalorar su enorme esfuerzo como pequeño productor, llama poderosamente la atención —y nos llena de orgullo— que una de las mejores ginebras del mundo sea gallega. Y más aún: que haya visto la luz en una localidad tan modesta como Cambre, cuya población no supera los 25.000 habitantes. Si bien se ubica en el corazón del área metropolitana de A Coruña y es un lugar de paso ineludible para quienes realizan el Camino Inglés.

Pues bien, en algunos de los 40,74 km² del Ayuntamiento de Cambre, habitados por espacios naturales de ensueño, rutas edénicas, yacimientos arqueológicos castreños y romanos, construcciones medievales y viviendas palaciegas únicas de Galicia, reside la destilería de Ganavandr. Un proyecto familiar sustentado por la pasión de su productor, el respeto a la tradición autóctona y el empleo de ingredientes excelsos. 

Allí, en su destilería, Pena ha recurrido al uso del alambique tradicional gallego —a modo de cadenas que apresan a su particular lobo Vanagandr—; sin escatimar dedicación completa a la producción artesanal y la obtención de un producto de calidad Premium.

Su capacidad para conjugar los métodos de elaboración artesanal de bebidas espirituosas en Galicia con los más altos estándares de calidad ha dado como resultado la mejor ginebra de España. Y una de las más valoradas del mundo. Además de destacar en el mapamundi a la pequeña localidad gallega de Cambre como nueva patria de los espirituosos de categoría selecta.

¡Sin duda, un nuevo motivo para visitar este encantador territorio coruñés que ahora, además, nos ofrece la posibilidad de marcharnos con el paladar agradecido! Por no mencionar que la destilería de Enrique Pena contribuye a seguir conectando la ciencia y el arte de la destilación con el Camino de Santiago, en un precioso feed back que se funde en siglos de historia. 

Ginebra gallega Vanagandr

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Fieles a nuestro principio de apoyar a los productos gallegos más deliciosos, originales y sustentables y ofrecer a nuestros consumidores los sabores más genuinos de Galicia; en Lareira Gourmet llevamos años apostando por Vanagandr. Así, en nuestra sección de licores, encontrarás tanto la laureada Vanagandr Gin como el Vodka Vanagandr (otro elixir natural también elaborado en su totalidad con granos de trigo y la maravillosa agua de Galicia).

He aquí, por tanto, una ginebra señorial 100 % gallega que hará que tus brindis y tus cócteles sean el alma de tus fiestas y reuniones. Amén de que como regalo sea un obsequio excepcional que te agradecerán por su calidad y su originalidad.

Así pues, si buscas una bebida inolvidable, que conquiste el paladar de tus invitados y destile galicidad en cada gota, Vanagandr será una gran elección. Un destilado que representa el alma gallega como pocas bebidas y que nos recuerda que los mitos antiguos son impulsos que nos enseñan a transitar por la vida con gracia y  sabiduría.

Y el mito de Vanagandr, en concreto, nos revela que si el destino existe, también existe el libre albedrío y los condicionantes del entorno en que nacemos. Que si nuestro destino es fenecer, como les sucedió a los mismísimos dioses nórdicos en el Ragnarök; asimismo podemos decidir cómo transitar por la vida y qué legado dejaremos para el recuerdo. Tal como lo demuestra la osadía y la determinación de Enrique Pena… No está nada mal está reflexión a la que nos invita una copa de Vanagandr Gin, ¿no te parece?

¡Únete a la Experiencia Lareira y disfruta de productos gallegos únicos y exquisitos elaborados para personas tan excepcionales y míticas como tú!

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Post Data: sobre la leyenda de Vanagandr 

Para aquellos que desconozcan la leyenda nórdica de Vanagandr o Fenrir y quieran comprender en mayor profundidad la etiqueta de Vanagandr Gin, aquí dejamos un somero resumen de su historia. 

El Ragnarök

En la mitología nórdica, liderada por dioses como Odín y gigantes de fuerzas sobrehumanas como Loki, el destino estaba escrito. En algún punto del tiempo se libraría el Ragnarök («destino de los dioses»), una especie de batalla del fin del mundo, donde la confrontación entre dioses y gigantes solo tendría un único resultado: la muerte de todos ellos. De hecho, en el corpus poético de Völuspá («profecías de Völva», una vidente), se relata toda la historia de estas estirpes, la divina y la monstruosa, desde el principio hasta el fin de los tiempos; indicando con pelos y señales qué daría inicio a la contienda final, cómo morirían cada dioses y gigantes, cómo se desarrollarían los acontecimientos, etc.

De aquí surge, en el imaginario de las sociedades vikingas, la idea de que morir en batalla resulta un destino admirable y al que todo mortal aspira.

Pues bien, el comienzo del Ragnarök estaba designado por la aparición de varios eventos, entre ellos, el nacimiento de un lobo, hijo de Loki, de ferocidad extraordinaria que estaba llamado a matar al dios Odín. Dicho animal recibiría el nombre de Fenrir y, más adelante, Vanagandr.

etiqueta de la ginebra Vanagandr

La historia de Fenrir o Vanagandr

El lobo fue custodiado con mucho recelo por los dioses desde su nacimiento. Por la rapidez de su crecimiento corporal, desde temprana edad optaron por encadenarlo de muchas maneras; pero Fenrir, con su tamaño y fuerza descomunal, lograba siempre romper sus cadenas. Finalmente, los dioses optaron por acudir a los enanos y pedirles que elaborasen unas ataduras invencibles. Dicho y hecho, obraron unas sogas sedosas y finas, pero imposibles de arrancar.

Cuando llegó la hora de atar a Vanagandr con estas cuerdas, el lobo se percató de que los ingredientes mágicos con las que fueron hechas impedirían su liberación. Así que se negó a ser atado

Para convencerlo, los dioses le prometieron que si no conseguía vencer las ataduras sería liberado por ellos, puesto que ya no supondría una amenaza invencible. Entonces, Fenrir, aún desconfiado, solo accedió a dejárselas colocar a condición de que uno de los dioses aceptase meter su mano dentro de sus fauces; así, se aseguraba que los dioses no lo engañarían.

El candidato a exponer su mano fue el dios Tyr, un hijo de Odín, quien alimentaba y jugaba con Fenrir desde lobezno. Cuando Vanagandr no pudo romper las ataduras pero tampoco fue puesto en libertad, se sintió tan traicionado que cerró su boca y arrancó la mano a Tyr. (Este es el momento que ilustra la etiqueta de nuestra famosa ginebra). 

En ese momento, Fenrir, furibundo, les gritó a los dioses que hubiese sido amigo de ellos si no lo hubieran traicionado; pero, después de esa deslealtad, se convertiría en su peor enemigo.

A fin de impedir más víctimas de sus mordiscos, se apresuraron a colocarle una espada en su boca. Entonces, de sus fauces brotaron las aguas del río Van. Desde ese momento, Fenrir pasaría de llamarse también Vanagandr («monstruo del Van»).

Larga historia hecha corta, llegado el temido día del Ragnarök, Vánagandr consiguió destrozar sus cadenas y mató a Odín, tal como lo predijo la profecía de Völva,  provocando la caída de los dioses y el fin de los tiempos.

Reflexiones que despierta el mito de Vanagandr

Este mito nórdico, más allá de promulgar que todos tenemos un destino inexorable, anima a Enrique Pena (y a nosotros) a elucubrar sobre la influencia de las creencias ajenas en nuestro devenir. ¿Acaso Vanagandr no se convirtió en el lobo iracundo e incontrolable porque desde su nacimiento lo trataron como tal? ¿Hasta qué punto el destino es ineludible o existe algo llamado «profecía autocumplida» (o «efecto Pigmalión»), que hace que terminemos siendo quienes esperan (y esperamos) que seamos? 

¡Seguro que con una buena copa de Vanagandr Gin podremos dar con la respuesta certera y ser fieles a nuestro espíritu!

 

Referencias consultadas