20 / 03 / 2018

Guía sencilla para catar un vino

Se puede pensar que catar un vino es para grandes expertos o sumilleres, pero no es así. Cualquiera puede hacerlo, y con un poco de práctica, hacerlo muy bien. Aquí te damos unas pautas muy sencillas. Como en todo para conseguir aprender has de practicar lo máximo posible. Prueba distintos caldos, que te los expliquen y afina tus sentidos.

Hay tres fases a la hora de catar un vino: fase visual, fase olfativa y fase gustativa.

Las tres son importantes. Cada una nos proporciona diferentes datos del vino. Ten en cuenta que hay que hacerlas por orden.

 

FASE VISUAL

Cogemos la copa por el tallo con un poco de vino y la inclinamos 45º sobre un fondo blanco. Tenemos que evaluar la nitidez, intensidad y color. Prestaremos también atención a las lágrimas y burbujas.

-Nitidez: turbio, brillante, velados... El vino tiene que estar limpio.  Aquí apreciaremos muchos defectos.

-Intensidad: cantidad de color que tiene el vino. Si no podemos leer un texto a través de la copa diremos que es de capa alta, si lo podemos leer diremos que es de capa baja.

- Color: en blancos los tonos serán pardos, amarillentos, verdosos... En tintos serán rojo picota, granate, rubí o violáceo... En un tinto cuando más rubí (o cereza) y brillante sea más joven será. Si es granate será un vino con crianza.

-Lágrimas: Son las gotas que caen por la copa. Moviendo ligeramente la copa veremos la densidad, cuanto más lentas sean las lágrimas más denso será y tendrá más alcohol.

-Efervescencia: Son las burbujas por desprendimiento de dióxido de carbono.

 

FASE OLFATIVA

Esta fase se divide en 3 aromas

1. Olemos sin agitar la copa para localizar los aromas primarios. Estos son los propios de la uva y del terreno.  Son aromas frutales, vegetales y florales (manzana, pera, limón, rosas...).

2. Agitamos ligeramente la copa para que el vino se oxigene y desprenda muchos más aromas, los secundarios, los que se originan en la fermentación.  Mantequilla, yogur, galleta, pastelería, barníz...

3. Agitamos con más energía para reconocer los aromas terciarios, conocidos como bouquet. Se clasifican en frutos secos, torrefactos, florales, tabaco, ahumado... Son aromas producidos durante y después de la crianza, tanto en barrica como en botella.

 

FASE GUSTATIVA

Catamos un pequeño sorbo. Las primeras sensaciones son el ataque. Movemos la lengua para distinguir los cuatro sabores. Un vino redondo es el que logra el equilibrio entre los cuatro.

Determinamos la textura en la lengua, seda, terciopelo. Untuosidad o suavidad suele ser positivo y rugosidad no.  Pero esto depende mucho del tipo vino.

Te recordamos que en boca sólo distinguimos cuatro sabores: salado, dulce, ácido y amargo. Todos los demás proceden de la nariz. Tragamos el vino y expulsamos a la vez el aire por la nariz para activar la vía retronasal. Así apreciaremos muchos más sabores. Si durante un tiempo recibimos las mismas sensaciones diremos que es de larga retronasal.

Destacaremos la sensación final que nos deja. Puede ser muy marcado o poco definido. (ácido, tánico...). Según la duración puede ser un vino corto, mediano o largo.

 

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